«Que estamos en una crisis planetaria es una perogrullada. Sólo pueden negarlo los ciegos o los mesiánicos visionarios para quienes el futuro ya es el presente.
Pero no nos conviene pensar así -como tampoco nos conviene que descuidemos lo que nos toca. Se ha dicho que «Dios ayuda a los que se ayudan».
¿Qué es, entonces, lo que nos toca hacer?
El eneagrama de la sociedad propone lo siguiente:
a) Trabajar por nuestro progreso espiritual.
b) Cultivar ese amor que luce tanto hacia el tú como hacia el yo y que se da en el ámbito del yo-tú -trabajando por la salud de las propias relaciones interpersonales.
c) Tomar conciencia del ego, la enfermedad o infección del pecado que nos llega a través de las generaciones -los rostros del Adversario acusador y ficticio-, para así poder guardamos de su tentación.
d) Tomar conciencia de las reverberaciones de la psicopatología del carácter en la sociedad que hemos creado para poder así triunfar sobre la inercia letal de las instituciones.
Aparte de sugerir en el subtítulo que el corazón de los males del mundo está en los males
del alma, los temas que se abordan son cuatro: los pecados, las neurosis de carácter, las
aberraciones del amor y las patologías de la sociedad.
El eneagrama de la sociedad se divide en cuatro partes:
1. Una aproximación al eneagrama como mapa de los males, pecados o pasiones fundamentales en la psiquis individual, y a las relaciones entre pecados y patologías.
2. Una descripción más detallada de los desórdenes de la personalidad o neurosis del carácter que derivan de cada uno de ellos.
3. Una discusión de las perturbaciones del amor que entraña cada uno de los caracteres humanos.
4. Una contemplación de un posible «eneagrama de la sociedad» -un ensayo de crítica social desde la perspectiva de las psicopatologías del carácter individual.»
Preámbulo de Claudio Naranjo.
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